viernes, 25 de diciembre de 2015

De paseo por Hedeby (II)

Como os comenté en mi entrada anterior, llevarme el evangelio de Lindau tras mi visita al Museo Vikingo de Hedeby, me ha dado muchos problemas.

Aquellos que me seguís en facebook, ya habréis visto que esta semana tuve un susto por culpa de dos estudiantes alemanes que se "perdieron un poco" mientras celebraban el Krampusnacht, digamos que acabaron el festival un poco más lejos de lo previsto y encima tuvieron el morro de pedirme que les diera de comer para superar la resaca. ¡Esta juventud!

Tras haberles servido un poco de asado de reno y dormir, se despertaron asustados comentando que debían volver a casa para prepararse para los exámenes. Me dieron tanta pena que les dejé mi cabra y caballo para que llegaran  a Baviera lo antes posible... era como ver la versión germánica y low cost de Sancho Panza y el Quijote... 

Después de despedirme de ellos, decidí volver a mis tareas diarias pero para mi sorpresa, volví a encontrarme con huellas de cabra y humanas, aunque no les presté demasiada atención creyéndome que eran otro par de estudiantes que se habían perdido, en especial cuando oí una risa muy ronca por el bosque.
Mientras limpiaba el Helheim, llamaron a la puerta y al ir a abrir, un poco más y me quedo tiesa... Se trataba de Grýla (una giganta que vive en las montañas de Islandia, concretamente en Dimmuborgir, y no, no hablo de estos... Y que sale cada navidad a comerse a los niños que se portan mal. Aqui tenéis una foto, y sí, parece saca de The Walking Dead...), sus 13 hijos (los cuales se encargan de dejar regalos buenos o malos a la gente por estas fechas), su gato negro (se come a la gente que no ha recibido ropa nueva antes de nochebuena. Aquí lo podéis ver jugando con los hijos de Grýla), el Krampus (creo que ya le conocéis, pero por si acaso, aquí tenéis una foto) y la cabra de Yule (se encarga de supervisar que los preparativos de Yule sean los correctos, de lo contrario te castiga... Todavía me duele el culo de las cornadas que me dio el año pasado cuando se me quemó el asado de navidad. Aquí podéis ver su foto).

Podía comprender el motivo de la visita de todos salvo Grýla y el Krampus, el cual parecía bastante enfadado.
No muy segura de lo que estaba haciendo, les invité a pasar a Helheim y allí Krampus me comentó que estaba muy decepcionado conmigo.
Resulta que el Krampus, a pesar del montón de trabajo que tenía estos días, había decidido venir a verme para recuperar cierto souvenir que me llevé de Hedeby. 

Krampus: No te da vergüenza haber robado un libro tan valioso? Como ama y señora del Helheim tendrías que dar ejemplo.
Hella: Es que era tan bonito... 
Krampus: ¡Mereces un buen castigo! De hecho, voy a dejar que sea Grýla y la cabra de Yule que decidan cuál va a ser. 
Hella: ¡¡¡No!!!! ¡Te devolveré el libro! ¡Haré lo que quieras pero no dejes que ellos decidan mi castigo!
Grýla -mientras iba dando vueltas a mi alrededor y examinándome mientras hojeaba un libro de cocina-: ¿Qué podría hacer contigo?
Hijos de Grýla: Mamá, puedes utilizar las patatas que le íbamos a dar a Hella por sus fechorías.
Grýla: ¡Ni hablar que están podridas! ¡Puede que seamos ogros, pero comemos como dioses!
Cabra de Yule: Hmmmm la verdad es que le falta algo de carne a esta chica, aunque siempre podría correr la misma suerte que yo cuando acompañaba a Tor en sus viajes y se me comía una vez tras otra y me resucitaba... Por otro lado, según el reglamento, no podemos comernos a un compañero de trabajo a no ser que se salte una de las normas de Yule... 
Gato de Yule: Que yo sepa tiene asado de reno y la casa está decorada según las tradiciones aunque... no veo ninguna prenda de ropa nueva... -se empieza a relamer y a ronronear-. 
Hella: Eh? Sí que tengo sí! Quería esperarme a las rebajas pero no pude resistirme a intentar hacer un jersey navideño! Mirad! -les muestro el jersey que estaba tejiendo-.
Gato de Yule: Seguro que es un jersey para tí? Tiene los brazos muy largos... ¡Parece que sea para un orangután!
Hella: ¿Qué culpa tengo yo de tener un cuerpo extraño?
Cabra de Yule -examinando todo lo ocurrido-: hmmm, creo que ya sé cuál podría ser tu castigo. En primer lugar tendrás que devolverle el Evangelio de Lindau al Krampus. En segundo lugar tendrás que prepararnos a todos una cena de Yule como los dioses mandan, y tu te sentarás en la mesa con nosotros pero no comerás lo mismo que nosotros... Comerás las patatas que te han traído los hijos de Grýla!
Hella: ¡¡Pero están podridas!!
Cabra de Yule: ¡tst, tst, tst, sin rechistar, eh! Ah y tendrás que cantar villancicos a todos los dioses del Asgard. 

Así que ya habéis visto qué fiestas se me presentan y el motivo por el cual Odín todavía se ríe...  
No es que me haya gustado el castigo pero ni siquiera la ama y señora del Helheim puede encararse a estas celebridades, en especial a Grýla la cual es capaz de hacer que el volcán Eyjafjallajökull entre en erupción cuando se enfada. 

Espero que tengáis unas fiestas mejores que las mías och... god Jul! :)

Extra:
Sí queréis conocer a mis invitados un poco mejor, os recomiendo los siguientes links:
Grýla

Más curiosidades sobre las navidades en Escandinavia:
Personajes de los juegos Vikivaki por Terry Gunnell. 
La navidad con 13 trolls (y no, no hablo de mi familia ¬¬*)
Los Yule Lads (o los hijos de Grýla) amigos o enemigos? 
Yule o la Navidad de los Vikingos. Gran artículo de la blogger Ele de Lis




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